En mi trayectoria, he observado que los objetivos estratégicos deben ser SMART con una doble orientación. Esto implica que deben abordar tanto las necesidades de los clientes como los aspectos operativos. Establecer metas específicas, medibles, alcanzables y con plazos definidos para los operadores ha demostrado ser altamente efectivo en mi experiencia, proporcionando resultados sobresalientes. Comunicarles que su satisfacción repercute directamente en la eficiencia operativa refuerza este enfoque. Al atender de manera integral ambos pilares, se generan resultados positivos de manera natural.

Los objetivos estratégicos son metas de largo plazo que una organización o empresa busca alcanzar para lograr su visión y misión. Estos objetivos están relacionados con aspectos como el posicionamiento en el mercado, la rentabilidad, el crecimiento, la innovación, la eficiencia operativa, la satisfacción del cliente y la responsabilidad ambiental. En resumen, los objetivos estratégicos son metas a largo plazo que guían el rumbo de una organización, permitiendo el logro de su visión y misión, y están orientados a aspectos como el crecimiento, la rentabilidad, la innovación, la eficiencia operativa, la satisfacción del cliente y la responsabilidad ambiental.

Aquí tienes algunas medidas de rendimiento que puedes considerar desarrollar: 1. Rendimiento individual: Puedes establecer métricas para medir el rendimiento individual de cada empleado. 2. Rendimiento del equipo: También puedes evaluar el rendimiento del equipo como un todo, considerando factores como la colaboración, la comunicación efectiva. 3. Satisfacción del cliente: Una medida importante de rendimiento es la satisfacción del cliente. Recuerda que estas medidas de rendimiento deben ser adaptadas a la empresa y a los objetivos específicos. También es importante comunicar claramente las expectativas a los empleados y proporcionarles retroalimentación regularmente.

Para desarrollar las medidas de desempeño, es necesario seguir varios pasos. Primero, se deben establecer objetivos específicos y medibles. Luego, identificar las áreas clave y definir los indicadores que permitirán medir el desempeño en cada una de ellas. Después, recopilar los datos necesarios y analizarlos para obtener conclusiones sobre el desempeño alcanzado. En caso de que sea necesario, se deben tomar acciones correctivas para mejorar el desempeño. Por último, es importante evaluar el desempeño de forma periódica y realizar ajustes y mejoras continuas. Desarrollar medidas de desempeño es un ciclo continuo que implica establecer, medir, analizar y mejorar constantemente.

Como líder de equipo, me resultaba sencillo establecer objetivos y puntos de referencia, incluyendo plazos específicos. Sin embargo, al reconocer las capacidades individuales dentro del equipo, adopté un enfoque personalizado. Dada la variabilidad en el ritmo de cumplimiento, establecía metas internas progresivas para el equipo, alineadas con los objetivos generales y las expectativas del cliente. Estos hitos internos se estructuraban de manera ascendente, escalando desde niveles menores hasta alcanzar la meta final establecida en la campaña para cada cliente.

En situaciones en las que un operador no alcanzaba los objetivos establecidos, encontré eficaz abordar una métrica a la vez. Los plazos aplicados se determinaban según la criticidad y la relevancia del recurso. Este enfoque me permitía organizar la ejecución de las operaciones de manera más efectiva. Cuando observaba resultados positivos consistentes, optaba por replicar las buenas prácticas sin necesidad de buscar continuamente nuevos planes de acción.