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1995, Periódico EL TIEMPO BOGOTÁ
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Románticas, sensuales, mágicas... Las flores embellecieron templos, palacios, jardines y leyendas a lo largo de la historia humana. Rosas, claveles y demás, sirven de motivo al enamorado, de inspiración al poeta o de regocijo al botánico; no obstante, y respetando los sentimientos que cada una genera, ninguna puede competir en exuberancia y hermosura con la casi divina estirpe de las orquídeas.
FOROALFA / ISSN 1851-5606 / Argentina, 2012
Los docentes de las carreras de diseño debemos difundir procesos pedagógicos para un mundo verde que reduzca el impacto de nuestros ejercicios académicos sobre el medio ambiente local.
Veinte asedios al amor y a la muerte cuento colombiano al borde del siglo XXI, 1998
He sentido de verdad que rompíais la atmósfera a mi alrededor, que hacíais el vacío para permitirme avanzar, para dar el lugar de un espacio imposible a lo que en mí estaba aún sólo en potencia, a toda una germinación virtual y que debía nacer atraída por el lugar que se le ofrecía. Me he colocado a menudo en ese estado de absurdo imposible, para tratar de hacer nacer en mí el pensamiento. Somos unos pocos en esta época empeñados en atentar contra las cosas, en crear en nosotros espacios para la vida, espacios que no estaban y no parecían tener que encontrar un sitio en el espacio. Siempre me sorprendió esa obstinación del espíritu en querer pensar en dimensiones y en espacios y en afirmarse en algunos estados arbitrarios de las cosas para pensar; en pensar en segmentos, en cristaloides, y que cada modo de ser quede solidificado en un comienzo, que el pensamiento no esté en comunicación presurosa y continua con las cosas, mas que esa fijación y ese hielo, esa suerte de puesta en monumento del alma, se produzca por así decirlo ANTES DEL PENSAMIENTO. Evidentemente, he aquí la buena condición para crear. Pero me sorprende aún mucho más esa infatigable, esa meteórica ilusión, que nos sugiere arquitecturas determinadas, circunscritas, pensadas, esos segmentos de alma cristalizados, como si fueran una enorme página plástica y en ósmosis con el resto de la realidad. Y la surrealidad es como un estrechamiento de la ósmosis, una especie de comunicación vuelta hacia atrás. Lejos de ver en ello una disminución del control, veo por el contrario un control mayor, el cual, en lugar de actuar, desconfía, un control que impide los encuentros de la realidad ordinaria y permite encuentros más sutiles y enrarecidos, encuentros atenuados hasta la soga que arde y que jamás se rompe. Imagino un alma trabajada y como sulfurado y fosforosa en virtud de esos encuentros, como si fuera el único estado aceptable de la realidad. Más es no sé qué lucidez innominada, desconocida la que me da de aquellos el tono y el grito y me los hace sentir a mí mismo. Los siento en virtud de una cierta totalidad insoluble, quiero decir sobre cuya sensación no cabe ninguna duda. Y, con respecto a esos encuentros turbulentos, estoy en un estado de conmoción mínima, desearía que uno se imaginara una nada detenida, una masa de espíritu sumida en algún sitio, vuelta virtualidad. A un actor se lo ve como a través de cristales. La inspiración escalonada. No se debe dejar pasar demasiado literatura. He apuntado solamente a la relojería del alma, sólo he transcripto el dolor de un ajuste malogrado. Soy un abismo completo. Aquellos que me creían capaz de un dolor
Normalmente, cuando se hace referencia al paisaje en arqueología, se piensa casi de manera espontánea en los elementos físicos y naturales que pudieron ser útiles para que determinado grupo étnico, o cultura arqueológica, realizara su agencia. Asimismo, el espacio ha sido para muchos arqueólogos —académicos y/o de campo— el contenedor de los elementos vitales para la vida biológica y en consecuencia, el contenedor de la actividad humana. Se entiende, entre otras cosas, que mediante el análisis del paisaje arqueológico es posible explicar las interacciones de las poblaciones humanas con el espacio (comprensión y/o utilización de éste) aplicando conceptos derivados de la geografía, de la ecología del paisaje y de la religión. La interacción con el espacio, en este sentido, se trata de explicar en función de la importancia que pueden tener los elementos naturales para el aprovechamiento económico, pero también para la construcción de cosmovisiones, ideologías y representaciones simbólicas.Las figuras analíticas antes descritas han sido predominantes en los estudios arqueológicos actuales que se refieren a las interacciones entre las poblaciones humanas y los paisajes. Dadas tales condicionantes, decidí construir el presente ensayo estructurando dos temas centrales, separados pero entrelazados. El primer objetivo es tratar de comprender la manera en que la arqueología ha entendido y aplicado el concepto paisaje en distintos momentos de su devenir. Así, la primera parte consiste en un tratamiento y análisis general de las distintas vertientes que se han producido en arqueología en torno a los estudios del paisaje. Posteriormente me adentro en otras estructuras conceptuales que se relacionan con el paisaje y sus componentes —el espacio, el lugar y el local—, que pueden ser operativas para la arqueología actual. De esta forma retomo el enfoque fenomenológico del paisaje, una propuesta interpretativa utilizada por la arqueología a partir de la década de 1990. Este acercamiento, inspirado en la fenomenología hermenéutica heideggeriana, se presenta como una alternativa que permite ahondar en otras formas de interpretación de los acontecimientos socioculturales que intento comprender en este trabajo. Una vez expuestos y discutidos los temas ya mencionados, mismos que sirven como marco referencial en el presente ensayo, en la segunda parte me concentro en el tratamiento de un fenómeno arqueológico antillano concreto, denominado por algunos como “el problema de La Hueca” (Oliver, 1999; Rodríguez López, 1989a, Siegel, 1991). Aquí, el objetivo central es ofrecer una interpretación distinta de los posibles elementos socioculturales que pudieron estar interactuando al interior y alrededor de dos pueblos antiguos conocidos en la arqueología como “Huecoides”. Para esto, ubico primeramente a los grupos humanos que estudio en las escalas cronológico-culturales a las que han sido inscritos, mostrando así su situación desde una perspectiva arqueológica, es decir, sincrónica y diacrónica.Posteriormente, expongo el contexto específico que me atañe y el problema que me interesa debatir. En concreto, muchos investigadores de la arqueología antillana opinan que dos separadas manifestaciones culturales presentes en el Periodo Agroalfarero I (según Chanlatte y Narganes, 1983) o en la Era Cerámica temprana (“periodo II-a” según Rouse, 1992) son en realidad proyecciones sociales de una misma cultura. Desde mi punto de vista, esto ha estimulado la gestación de confusas explicaciones, y los rasgos culturales de dos entidades socioculturales diferentes han sido unidos para confeccionar un desatinado panorama de lo que muchos comprenden como una sola cultura arqueológica: la Saladoide. En este sentido, argumento que las características diferenciadas de ciertos elementos en las biografías culturales de los lugares, de las localidades y de los objetos de los grupos Huecoide y Saladoide, denota que ambos grupos humanos poseían biografías interpersonales distintas, más aún, cosmovisiones distintas como producto de la divergencia cultural entre ambas entidades.Los sitios arqueológicos La Hueca en la isla de Vieques, Punta Candelero en la isla de Puerto Rico y los respectivos testimonios que ambas localidades hoy nos ofrecen, son el centro de atención en el análisis que se desarrolla en la última parte de este ensayo."
2023
En esta ponencia, se analizará la novela El lenguaje de las orquídeas (2007) de la escritora mexicana Adriana González Mateos. A través de los elementos que convoca el discurso, se observará cómo el relato (autobiográfico) narra una relación de enamoramiento y despertar sexual, por parte de la protagonista adolescente y su tío, que se transformará en una relación de abuso. Se demostrará cómo el espacio textual funciona para visibilizar las zonas de violencia y poder que reproducen las lógicas del patriarcado. En relación con esto, se tomarán dos conceptos. Por un lado, la noción de “archivo hospitalario”, propuestos por Mónica Szurmuk y Alejandro Virué (2020) en “La literatura de mujeres como archivo hospitalario: una propuesta” y, por el otro, el de “feminista aguafiestas”, de Sara Ahmed (2010) en La promesa de la felicidad. Ambos textos permitirán pensar cómo el espacio textual y la literatura escrita por mujeres es el lugar que cobija memorias alternativas y permite conformar un archivo de “voces aguafiestas”, “memorias alternativas” que fueron silenciadas por el contexto social o cultural. De esta manera, la literatura escrita por mujeres, y esta novela en particular, permite establecer un vínculo que une lo íntimo y lo político como formas de visibilizar las violencias machistas y patriarcales.
Este es mi segundo poemario publicado (2008). Prólogo de Eduardo Espina.
Revista proyectodiseño No. 90, 2014
La particularidad de la palabra “nosotros” por su condición vinculante es que la empleamos para aproximarnos a otros seres humanos, bien para cooperar, bien para imponer mi “nosotros” o tú “nosotros” (esos como tu o yo) a un nuestro “nosotros” que acabamos por asumir obligatorio para todos. Con esas minucias vuelvo al sur, y al diseño del sur, que mencioné en pasadas columnas. Pues creo que todo diseño, asumido como técnica sin mediación reflexiva, reduce a quienes lo practican a una suerte de desarrolladores de aplicativos para un jamás-cuestionado sistema operativo consumista y productivo asumido como único y natural. Esto es propio de la verticalidad, de tener un ‘norte’ (cuyas acepciones también diversas comparten la cualidad de inclinarnos a valorar el mundo y la historia como piramidales y jerárquicamente ordenadas comarcas donde ante la voz dominante callan todas las demás) . Palabras clave: Sur, Diseño del Sur, Nosotredad, Satyagraha, Antillanidad
Athenea Digital - Revista de pensamiento e investigación social, 2014
* Kn Bonn. * La histórica Paulskirche en Francfort del Meno. La entrevistadora se refiere al discurso que pronunció Habermas en 2001, poco después de los atentados de Nueva York, con ocasión de la concesión del Premio de la Paz de los libreros y editores alemanes. Cf. J. Habermas, Glauben und Wissen, Frankfurt a.M., 2001. * Taurus, Madrid, 2 vols., 1987. ** Das gewaltzahmende Médium des Recbts. La palabra «medio» tiene aquí, como en otros pasajes del libro, el sentido técnico de los «medios de control», un concepto que Habermas toma de la teoría sociológica de sistemas (Parsons, Luhmann).
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Revista proyectodiseño No. 79, 2012
Moyano Estrada, E. y M. Pérez Yruela, eds. (2002), LA SOCIEDAD ANDALUZA [2000]. Córdoba: IESA/CSIC, 2002
En: José Ramón Saiz Viadero (ed).la Exhibición Cinematográfica en España. , 2009
MEAH (Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Árabe-Islam), nº 67 (2018): 227-245. ISSN: 0544-408X, 2018
Con las uñas films, 1997
Revista Internacional de filosofía política 10, Madrid, pp. 46-69., 1997
Revista Casa de las Américas, 2024
El Oráculo: Como medio Como medio para develar el conflicto del humano contemporáneo.., 2007
Libro De humanos y otros animales
A. M. G. de Tobia (ed.), Lenguaje, Discurso y Civilización. De Grecia a la Modernidad. , 2007
Revista proyectodiseño No. 80, 2012
Diez Puertas, E. (2012). “El divorcio en Anillos de Oro (1983), de Ana Diosdado”. Nieva de la Paz, Pilar (ed.). Imágenes Femeninas en la Literatura y las Artes Escénicas. Philadelphia: Society of Spanish and Spanish-American Studies.
De serpientes y humanos. Sobre el simbolismo de las alianzas, el sacrificio y el maíz entre los mazahuas del estado de México, 2014
“Poniente (2002) de Chus Gutierrez. En España no hay racismo
Teoría del arte y teoría de la literatura, Ed. J. A. Hernández Guerrero, Cádiz, Seminario de Teoría de la Literatura, 1990, págs.199-205 , 1990