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“Medir el impacto de los museos” es una de las tres publicaciones tituladas: “Investigación de la audiencia, estilos de aprendizaje y gestión de la relación con los visitantes”, que fueron realizadas por un grupo de trabajo denominado Grupo 3. A lo largo de los tres años de ejecución del proyecto, Grupo 3 se concentró en varios temas, focalizándose especialmente en los visitantes de museos y en el desarrollo de audiencias: los estudios de visitantes y metodologías relacionadas, el uso de tecnologías multimedia y su influencia en el público, el rol de las TICs para construir y fortalecer una relación duradera con la audiencia , el uso de la investigación de la audiencia para diseñar exposiciones orientadas al aprendizaje y a la valoración de los diferentes estilos de aprendizaje del público, para desarrollar un enfoque verdaderamente orientado al visitante en el museo.
Los Estándares Básicos para los Museos (en algunos artículos anteriores los hemos denominado también Características de Excelencia en los Museos), son los principios fundamentales a seguir por aquellos museos que pretendan desenvolverse a través del diálogo inclusivo en todo su campo de acción. Estos estándares de los que os hablamos no pretenden ser preceptivos o funcionar como instrucciones, sino que deben valorarse como elementos de referencia para la reflexión, generando ideas abiertas, orientadas siempre hacia los buenos resultados, y que puedan adaptarse a museos de todos los tipos y tamaños. Cada museo los deberá implantar de diferentes maneras, según su disciplina, perfil de colecciones, presupuesto, estructura de gestión y administración u otras circunstancias únicas de cada cual. Nosotros tomamos como referencia las normas básicas enunciadas por AAM, en colaboración con las principales asociaciones de museos específicas de la disciplina y a nivel mundial, que concurren en los estándares que son aplicables a los museos de todo tipo y disciplina.
Cuando hablamos de valor, ¿nos referimos al valor económico? En realidad no; pensemos en el valor relacionado con el significado que le que damos a ciertas cosas. Tomemos, por ejemplo, unos zapatos: su valor económico no tiene nada que ver con el hecho de atribuirles unas características objetivas que nos garantizan otro valor, la elegancia, entre otras cosas. Es el proceso de identificación y el significado que le otorgamos a esos zapatos lo que nos impulsa a comprarlos. Se podría decir que el valor final de nuestros zapatos nuevos se construye a partir de capas de significados intangibles que les otorgamos, y que son tan importantes para nosotros que, paradójicamente, provocan que el valor económico se transforme en otro modelo de valor, el puramente “cultural”...
En 1980, el Museo de Oakland en California, organizó una exposición sobre el realismo que incluyó una proyección de estreno del documentalista Les Blank titulada “El ajo es tan bueno como lo son diez madres“. Durante la proyección, el personal del museo insufló vapores de ajos asados a través del sistema de ventilación del museo, creando una experiencia hiperrealista en el ambiente mientras se podía observar al famoso chef Alice Waters filetear ajo y a un fabricante de salchichas salpimentar en un tazón de carne. Con todos esos aromas-olores flotando en el aire del museo y la reacción colectiva de la audiencia, que se iba transformando en hambre, se consiguió que la experiencia tuviera un impacto memorable en todos los que se encontraban allí. No hay duda de que esta inmersión sensorial logró aumentar la conexión del público con la exposición...
El papel de los museos ha estado evolucionando constantemente a medida que la sociedad ha ido cambiando. Inicialmente, su misión estaba centrada en la recolección y conservación de objetos y artefactos. Más tarde se produjo una transición para enfocarse en sus audiencias y asegurar que sus colecciones fueran accesibles a las personas de la calle, focalizándose en la educación popular como una manera de relacionar mejor las colecciones con su audiencia. Actualmente se está produciendo un nuevo cambio para abordar asuntos sociales en estas instituciones.
Normalmente, manejamos un buen número de términos para designar los espacios de entrada a los museos: vestíbulo, foyer, hall, recepción, entrada, etcétera, y esas denominaciones nos indican también zonas de los museos que presentan similitudes con los espacios de paso en otros edificios, grandes construcciones como hoteles, iglesias, templos, centros comerciales y hasta edificios de oficinas. Sin embargo, para nosotros es mucho más difícil definir morfológicamente el vestíbulo de los museos. Una de las descripciones más recurrente es la de presentar el vestíbulo del museo como un espacio físico que posee, además, una gran carga de simbólismo. En términos de espacios físicos, los recursos obvios para comprender los vestíbulos de los museos como espacios puramente físicos se encuentran en estudios sobre arquitectura (Naredi-Rainer 2004, Psarra 2009), espacios, diseño de exposiciones (Dernie 2006, Lorenc y otros, 2007), incluso sobre sintaxis espacial (Hillier y Tzortzi 2006 / 2011) y diseño de recorridos (Arthur & Passini 1992).
El Consejo de Museos de Arte de Inglaterra (Arts Council England) ha elaborado un informe, que nos ha parecido muy interesante, sobre cómo los museos han tenido que reaccionar para afrontar sus dificultades económicas ante la caída dramática de los niveles de financiación pública, sobre todo a escala local. La investigación analiza algunos de los riesgos y desafíos más importantes a los que se enfrenta el sector museístico desde el punto de vista financiero, en este caso en Inglaterra (tampoco allí atan los perros con longanizas), aunque creemos que la mayor parte de las cuestiones se pueden aplicar a todos los museos del mundo, ya que la mayoría dependen de la gestión económica de la administración pública para poder sobrevivir.
Las exposiciones son el rostro público de los museos. La presentación efectiva de las colecciones y la información que comunican al público es una actividad exclusiva de los mismos, y es a través de sus exhibiciones cómo la gran mayoría de las personas entramos en contacto con ellos. Las exposiciones de los museos suelen ser complejas, incluso las más modestas requieren dedicación en tiempo, energía y la experiencia de muchos profesionales. Actualmente, los museos son conscientes de que una planificación eficaz, la correcta gestión de los recursos, la investigación, la interpretación, el cuidado de las colecciones, el marketing, la comercialización, el diseño y la fabricación, los programas públicos, las publicaciones y la recaudación de fondos, todo ello, ayuda de forma definitiva al cumplimiento de su misión. Sin embargo, es vital que nosotros, como profesionales, no perdamos de vista la importancia de la exposición por derecho propio.
En un futuro no muy lejano, los museos deberán crear un entorno de aprendizaje radicalmente distinto; un contexto donde las consideraciones educativas sobre la alfabetización digital faciliten al público el acceso a un uso cotidiano de herramientas tecnológicas de fabricación de alto nivel, como las impresoras 3D, la robótica y las aplicaciones basadas en modelados 3D. El impacto que esta transformación pueda provocar en los fundamentos pedagógicos de nuestros museos aún está por determinar. En cualquier caso, de lo que sí estamos seguros es de la necesidad de que éstos colaboren en la construcción de la comunidad, inspirando el compromiso creativo y el aprendizaje a partir de oportunidades que pondrán a disposición de sus visitantes.
La interactividad es un recurso muy importante tanto en la museografía didáctica como en la nueva museología; partimos del supuesto de que el juego es la base del aprendizaje no formal. Son las investigaciones en el campo de la didáctica y de la psicología las que han demostrado que la interactividad resulta muy eficaz para generar conocimiento. Por ello, son ya muchos los museos que disponen de salas, secciones o módulos para que los visitantes interactúen con toda clase de contenidos.
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Revista Sociedades de Paisajes Aridos y Semiaridos, 2018
The Special Visitor. Each and Every One of Us. Icofom Study Series, 42: 134-143., 2013
LA INSTITUCIÓN DEL MUSEO: ORIGEN Y DESARROLLO HISTÓRICO
Laboratorio de Arte 3, 1990