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Poemas adolescentes del autor escritos entre los 18 y 20 años con una evidente proyección hacia el entorno y el otro desde una visión personal, intimista y polifónica.
Revista Iberoamericana, 1987
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Su especialidad siempre han sido los ovnis y la secuela de hipótesis que desencadenan en la imaginación del hombre. Pamplonica, nacido en 1946, ejerció el periodismo durante unos años y llegó a desempeñar los caros de redactor jefe de la bilbaína Hoja del Lunes y de jefe de reporteros de la Gaceta del Norte. Su interés por los objetos volantes no identificados le impulsó a la investigación de los enigmas que han planteado a la humanidad moderna tan misteriosos cuerpos siderales, naves extraterrestres, fenómenos del espacio, alucinaciones individuales o colectivas... o lo que sean. Con el tiempo, J. J. Benítez ha alcanzado el título oficioso de máximo experto en el tema, sus reportajes le han prestigiado enormemente y varios de sus libros son indispensables en la bibliografía del género. Ahora, con Caballo de Troya, realiza su primera incursión en la novela, irrumpiendo triunfalmente en la narrativa. curiosos aguardaba pacientemente su turno para pasar ante la urna en la que se exhibe un fragmento de roca lunar, no más grande que un cigarrillo. Un segundo trozo, mucho más reducido, había sido incrustado al pie de la vitrina. Y como si se tratara de una reliquia sagrada, cada visitante, al cruzar frente a la urna, pasaba sus dedos sobre la negra y desgastada piedra. Por pura inercia abrí mi cuaderno de notas y fui describiendo cuanto observaba. Y, naturalmente, terminé cayendo sobre la clave del mayor. Pero esta vez me detuve en el original, en la versión inglesa. Mi pésima costumbre de subrayar, dibujar y trazar mil garabatos sobre los libros o apuntes que manejo, estaba a punto de sacudirme aquella profunda tristeza. En realidad, todo empezó como un juego; como un simple e inconsciente alivio a la tensión que soportaba. Sé de muchas personas que, cuando hablan por teléfono, meditan o, sencillamente, conversan, acompañan sus palabras o pensamientos con los más absurdos dibujos, líneas, círculos, etc., trazados sobre cualquier hoja de papel. Pues bien, como digo, en aquellos instantes me dediqué a recuadrar-sin orden ni concierto-algunas de las palabras de cada una de las cinco frases que formaban el mensaje cifrado. La fortuna-¿o no sería la suerte?-quiso que yo encerrara en sendos rectángulos, entre otras, las primeras palabras de cada una de las frases de la clave. A continuación, siguiendo con aquel pasatiempo, me entretuve en atravesarlos con otras tantas líneas verticales. Al leer de arriba abajo aquel aparente galimatías, una de las absurdas construcciones me dejó de piedra. Las cinco primeras palabras de cada frase, leídas en este sentido vertical, encerraban un significado. ¡Y qué significado!: «La llave abre el pasado.» El resto de las frases así confeccionadas, sin embargo, no tenía sentido. Antes de dar por buena la nueva pista, repasé el mensaje, trazando y uniendo las palabras de arriba abajo, de izquierda a derecha y hasta en diagonal. Pero fue inútil. Las únicas que arrojaban algo coherente-«casualmente»-eran las cinco primeras... The guard-rezaba el mensaje en ingléswho keeps t he vigil in front of t he Tom b will reveal t he rit ual ofArlingt on Cem ent ery t o you. Key and rit ual leadyou t o Benj am in. Open your eyes before John Fit zgerald Kennedy. The brot her lies t o rest in 44-W. The shadow of t he m edlar t ree covers him in t he lat e aft ernoon. Past and fut ure are m y legacy.
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Le Centre pour la Communication Scientifique Directe - HAL - Inria, 2018
Iberic@l, Revue d' études ibériques et ibéro-américaines 232 Abilio Estévez, escritor tan seguro de sí, es una de las presencias más intensas de mi niñez. Tan indudablemente hermoso mi tío que por entonces el barrio, aquel barrio horrendo y marginal llamado con malicia, ironía o simple ignorancia Buenavista, lo había rebautizado con el alegre sobrenombre de Roberto el Bello. Roberto el Bello para todos, para cualquiera, para mujeres, para hombres, para amigos, para enemigos que no tenía, que no podía tener. Durante el día se le veía en la Plaza del Mercado de Buenavista, en la mítica calle 29. Allí trabajaba de carnicero, allí se lo encontraba durante el día, un muchacho, casi un adolescente, sin zapatos, vestido con pantalón de pescador y camiseta de algodón de muchos colores, ideal para las canículas de la ciudad, descuartizando reses con movimientos precisos, como en un baile, sonriendo a los clientes como el seductor nato que era, que acaso todavía es. En cuanto caía la noche, sin embargo, mi tío se transformaba en otro hombre, en un hombre. Llegada esa hora fantástica de la noche (no uso el término "fantástico" en su acepción admirativa, sino en la que tiene que ver con la quimera o con el prodigio), otro notable personaje hacía su aparición. La abuela Emilia, mi abuela le preparaba el baño con pétalos de jazmines y esencias de vetiver en el agua hirviendo de una viejísima palangana de peltre. En el cuarto, impecablemente planchados y almidonados, la camisa de hilo y los calzoncillos largos, blanquísimos, también de hilo; a un lado, el traje de dril, dril cien, lino ciento por ciento, el mejor de los linos, de un beige pálido, con un pañuelo blanquísimo, y perfumado con Old Spice, en su bolsillo izquierdo; y, por supuesto (no podían faltar), los lustrados zapatos de dos tonos, marrón y blanco, adornados con pequeños orificios. Mi tío, Roberto el Bello, hijo preferido de mi abuela. Su único varón, su niño, el mimado. Yo lo recuerdo en aquel ceremonial del vestuario, cada noche, frente a un largo espejo ovalado, tan antiguo que había perdido las maderas y parte del azogue. Lo recuerdo peinándose, tan minucioso, el pelo engominado, para después, luego de un par de besos a la abuela y al abuelo, salir a la noche habanera. Cierto que antes de perderse en la noche habanera, en su resplandeciente, orgulloso Chevrolet Bel-Air de un verde intenso, mi tío pasaba por la bodega de la esquina. La famosa bodega de la esquina. Por el día, aquella bodega, lo que vosotros conocéis como ultramarinos, servía para el dispendio de víveres; en cuanto comenzaba a caer el sol, en cambio, la bodega, haciendo honor a su nombre, "La cariñosa de Buenavista", como un palacio de Las mil y una noches, se transformaba en bar satisfecho, en donde una victrola, encendida de luces, lograba entristecer, y a veces alegrar, las primeras horas de las sombras. Mi tío Roberto comenzaba allí su ritual de la noche con el primer ron y el primer bolero. Bebía el ron de un trago rápido y, de modo invariable, hacía que en la victrola se escuchara el gran Vicentico Valdés, su cantante preferido con su canción preferida, "Envidia". Lo que sucedía después, la desaparición del tío Roberto y su Chevrolet Bel-Air en la noche habanera, forma parte del misterio, de los maravillosos misterios que rodearon mi vida, y que, a lo largo de los años que siguieron, he tratado de desentrañar con la lógica consecuencia de volverlos aún más lejanos, más intrincados, más secretos. Nunca supe a dónde iba mi tío, con quién se reunía, con quién conversaba, qué bebía, qué hacía. A veces, en su conversación excepcionalmente discreta, se escuchaban palabras promisorias "Playa de Marianao", "El Sierra", "Casino de la Playa", "Aires Libres de Prado", "Sonora matancera", "La red", "Rolando la Serie", "Cabaret Las Vegas". También a veces aparecía con la sombra fugaz de una mujer elegantísima, cuyo perfume de Avon, el famoso Cotillón, permanecía en el aire como la sonrisa del gato de Chesire. Con los años, con la desaparición de su juventud y de su Habana, mi
2013. #Yosoy132 y El rapto de la Primavera por Tochtli @tochtlimexico Estoy en casa, disfrutando del sol y de unos pájaros que cantan en el árbol de un vecino.
Este trabajo evaluó la capacidad de Salvinia natans, planta acuática del género salvinia seguier, para retener los metales pesados Pb, Zn, Cu, Cd y Hg en soluciones a diferentes concentraciones y a pH entre 4.0 y 4.5. Se observó que tiene una capacidad de retención de Pb de 5.5 ppm y 2,94 ppm de Cu, saturándose a los 10 días. Retiene hasta por 5 días 2.9 ppm de Zn y 0.92 ppm de Cd. Su respuesta fue negativa frente al Hg y frente a los lixiviados del Relleno Sanitario Combeima de Ibagué. En soluciones de mezcla de los cationes en mención, no modificó la respuesta dada en los tratamientos independientes lo cual fue comprobado estadísticamente a través un análisis multivariado.
Luego de la producción fantástica de la década del cuarenta, Adolfo Bioy Casares produce un viraje en su narrativa. Paulatinamente se va alejando de este tipo de literatura, despegándose de este modo también de la impronta de Borges que había en su obra. El sueño de los héroes es el primer paso de este cambio, que termina de efectuarse en Guirnalda con amores.
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Acta Medica Costarricense Issn 0001 6012, 2011
ACTAS DEL XXV COLOQUIO DE HISTORIA CANARIO-AMERICANA, 2023
Revista de economía crítica, 2017
Matias Morey nos ha dejado
"El cínico de Cabrera Infante" en Revista Cartaphilus. Revista de Investigación y Crítica Estética/ Universidad de Murcia, vol. 6, pp. 24-32, 2009, ISSN 1887-5238.
Boletín de Antropología no. 4, 1955
Narraciones y leyendas de agua: sirenas y otros seres, 2022
LETRA DEL AÑO 2025 YORUBA CANARIAS, 2025
Revista Rocinante, 2019