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2002, Revista proyectodiseño No. 27
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Un bonito mensaje, sobre todo para las jóvenes generaciones de diseñadores, escrito por el fallecido profesor Augusto Morello quien fuera presidente del ICSID (International Council of Societies of Industrial Design); originalmente publicada en ICSIDnews de abril de 2002.
(cf. Menéndez Pelayo. Bibliolrctr d~ lraductores españoles, IV 28'1-282). V. Suárez Capalleja (Marcial. Epigramas, Madrid 1890, 1 xxii-xxiii) afirma haber incluido entre las versiones de diferentes autores las de (<un anónimo. cuyo incógnito no hemos podido descubrir». 5 Bibliografla hispano-lntina clásica, VI1 133; toma la cita de J. M. Bover, Biblioteca de escrilores baleares, Palma de Mallorca 1868 (reimpr. Barcelona-Sueca 1976). 11 26.
Se hace un análisis de la película predecesora de "La seducción" de Sofía Coppola, de Don Siegel, con Clint Eastwood, en la que se estrena como actor de carácter y Geraldine Page, donde se muestra una tragedia a puerta cerrada, donde el infierno son los demás, en medio de una moral de la ambigüedad.
Algunas reseñas de mi ultimo libro. Gracias por la fina lectura.
BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, 2001
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Felipe IV, 4 28014 Madrid EN TORNO AL ORIGEN DE LA VOZ GUILLARSE 'IRSE, HUIRSE'
Revista Humanismo y Cambio Social
Añil (2023), de Julio López Fernández: convertir el terror y el dolor en poesía audiovisual Añil (2023), by Julio López Fernández: turning terror and pain into audiovisual poetry Guillermo Fernández E l terror que azotó América Central hace cuatro décadas no llegó del medio oriente. No tenía que ver con grupos que se proclaman islamistas. Ese terror, del cual aún quedan muchas trazas, fue impuesto por los que decían defender la democracia, la civilización cristiana y occidental, por aquellos que aseguraban proteger al 'mundo libre' del comunismo. Se aprendió en cursos intensivos de contrainsurgencia, implicó refi nadas y a la vez brutales técnicas de tortura, impartidas por instructores estadounidenses. Sus practicantes sometieron a la población de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras a un tenebroso castigo que se ensañó particularmente con las mujeres. Una vez que cumplieron su propósito, ahogar en sangre las rebeliones populares y la posibilidad de justicia social que alentaban a los movimientos insurgentes, llamaron a elecciones y celebraron que la democracia había llegado a la región. Sin embargo, el dolor y el terror que impusieron dejó muchas huellas, quedó marchado en muchos rostros, seguía vivo y latente en muchos cuerpos, y en los ojos de los familiares de desaparecidos, en la piel de las mujeres violentadas. ¿Qué hacer ese dolor? ¿Qué hacemos con tanto dolor? ¿Qué hacemos con ese terror que nos acosó? ¿Qué hacemos con ese terror en que nos sumergieron? ¿Cómo procesarlo? He escuchado esas preguntas muchas veces. Yo mismo me lo he preguntado, y aún no he encontrado respuestas defi nitivas. Con mis interlocutores hemos coincidido que es un deber no olvidarlo, que las nuevas generaciones deben conocer esa realidad que constituye parte del pasado y del presente de las naciones centroamericanas.
Notas al programa para el concierto del Ensemble Gilles Binchois dentro del libro del VI Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, Baeza, 30 noviembre 2002 (Baeza: FeMAUB, 2002), pp. [5]-[8].
La Palabra y el Hombre, n. 80, pp. 197-206.
es una región casi inacesible, unida al resto del país por escasas y accidentadas vías de comunicación. Ya en época prehispónica sufría un aislamiento, con respecto a las mrís populosas y trafrcadas regiones del Altiplano , que fue acentuóndose ulteriormente tras la Conquista como consecuencia de las atroces epidemia,s del siglo Xvt y la desviación de antiguas ruta.s comerciales (Garcla Martfnez, 1987: 11&115, 137-139). Esto influyó notablemente en las fiases y modalidades del proceso de aculturación, que desde un principio fue llevado a cabo casi exclusivamente por los religiosos: por franciscanos en los primeros decenios, y a partir de h. 1567 (Alegaciones..., f.23) por el clero seglar. A diferencia de las més ricas y accesibles llanuras del Altiplano, aquí el vigoroso, aunque discontinuo , esfuerzo didóctico de los evangelizadores no se caracterizó por los densos y cotidianos contactos entre los indígenas y los colonizadores laicos (espaioles y mestizos), cuya penetración fue escasísima hasta la segunda mitad del siglo xx. En consecuenci4 las modificaciones mós radicales iba a experimentarlas la vida religiosa pública y oficial de los indios: sobre ella el control de los sacerdotes católicos puedo ejererse de manera total. La religiosidad concerniente a la esfera domestica y privada" la m6s estrechamente ligada a las actividades de la vida cotidiana y laboral, quedó, por el contrario, cqsi enteramente en manos de los propios indios. Y pues tales actividades sufrieron bien pocas y superfrciales transformaciones tras la Conquista (v. Gruzinski 1987:179), así también las próctica.s y creencias religiosas aúejas, cuya existencia la mayoría de las veces pasaba desapercibida a los ojos del dero, pudieron conservar innumerables elementos de las creencias prehispónic^" de las que descendían en línea directa. Sobre todo en las óreas indias mé.s aisladas, como lo es la que aquí estudiamos, el recuerdo de los sacerdotes y los templos de la antigua religión "pagana" quedó vivo en el pensamiento y en las acciones cotidianas, siendo cultivado y variadamente amalgamado con los preoeptos de la
Fondo de Cultura Economica de Espana, 1996
Le Siècle d’Auguste (Presses Universitaires de France, 1955, 1992). tr. Manuel Pereira
Nova Tellus, 2019
I Tchatchipen 33, 2001
Manucho y yo: Cecil (1972) o cómo se autobiografía una metanovela , 2018
Anales de Historia del Arte, 2002
Tropelías: Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, 2017