Desde hace poco más de un año-a finales de 2016-, la Editorial Síntesis viene publicando una colección titulada "Temas de Historia Medieval" en la que, bajo la coordinación de J. Mª. Monsalvo y con la participación de destacados...
moreDesde hace poco más de un año-a finales de 2016-, la Editorial Síntesis viene publicando una colección titulada "Temas de Historia Medieval" en la que, bajo la coordinación de J. Mª. Monsalvo y con la participación de destacados especialistas, se nos ofrece una versión actualizada y global de aspectos tales como la conflictividad social, los paisajes y asentamientos rurales, los oficios artesanales, el clero, la nobleza, las instituciones y los poderes medievales, etc. Pues bien, en esta ocasión el tema elegido para formar parte de este interesante proyecto editorial por el profesor Rafael Narbona Vizcaíno no es otro que el apasionante mundo de las fiestas, un ámbito que, desde su "redescubrimiento"-como indicaba M. Vovelle-a mediados de los años setenta, ha conquistado un lugar de honor en la historiografía, primero a través de las llamadas "mentalidades" y, más recientemente también, en los territorios de la historia sociocultural. La idea, por lo tanto, de presentar una visión renovada y general acerca de las fiestas en la Europa pleno y tardomedieval reúne, en sí misma, suficientes ingredientes de interés como para despertar de antemano la curiosidad del lector; pero es sobre todo el enfoque elegido por el autor lo que confiere a esta obra un carácter tan original como sugerente, ya que no solo se limita a la descripción de las principales celebraciones y ceremonias festivas documentadas en el continente europeo-principalmente en Occidente-sino que lo hace proyectándolas sobre los espacios urbanos y analizando su papel como forjadoras de una cultura comunitaria específica, con la que el cuerpo social se siente identificado y representado, tanto cuando forma parte de las mismas como cuando asiste a ellas como espectador activo. Esta función cultural de la fiesta, capaz de penetrar en el plano simbólico y de fomentar, a la par, los sentimientos identitarios de la heterogénea sociedad urbana, es analizada inteligentemente por Rafael Narbona en los seis grandes apartados que componen el libro. De entrada, el primer capítulo lo dedica a la identificación de los diversos tiempos festivos: desde la conformación de los diferentes modelos de calendario utilizados en este periodo, hasta su dependencia de los ciclos agrarios, su vinculación con los principales hitos del ciclo vital, la coexistencia del tiempo litúrgico-controlado por la Iglesia-, con el tiempo de los mercaderes-marcado por el creciente protagonismo de los relojes mecánicos-, y la repercusión de